viernes, 22 de junio de 2012

2. La Vega Central


Ubicación:

Ubicada en el extremo sur de los barrios hoy llamados Independencia y Recoleta, al borde del río Mapocho. Sus limites están fijados entre las calles Dávila, Antonio López de Bello y Rengifo. Puede llegarse vía metro Puente Cal y Canto (línea 2) salida Av. La Paz, o metro Patronato, salida Lastra.

¿Qué es?:

Es un centro de abastecimiento en donde se comercializan verduras, frutas, artesanías y carne. Es posible encontrar comercio de artículos para el hogar y restaurantes con comidas típicas. La Vega Central sin duda es uno de los principales y más importantes mercados abastecedores de Santiago junto con Lo Valledor y al Mersan, comercializando entre ellos alrededor de 250 millones de dólares anuales.
El recinto cuenta con 9,5 hectáreas de extensión, con 150 bodegas y 800 locatarios aproximadamente.

¿Qué hacer?:

La Vega tiene un público fiel y recurrente, principalmente dueñas de casa, almaceneros y mayoristas, que buscan abastecer el hogar o sus locales. Visitantes que van a disfrutar un plato de comida a las cocinerías. Usualmente los días domingos los pasillos de La Vega se llenan más de lo habitual debido a que muchas familias escogen ese día de la semana para abastecerse.  Los buenos precios y las variedades de productos lo hacen un destino imperdible.

Un poco de historia:

Fue fundada en 1895 por Agustín Gómez García, un vecino del sector de “La Chimba” de acomodada situación económica, que comerciaba frutas, verduras y hortalizas, bajo el nombre de “Gran Mercado de Abastos de la Ciudad”.  La extensión en un comienzo fue de una manzana en una zona que antes había sido ocupada por viviendas precarias habitadas por personas consideradas como sin costumbres ni ocupación.
Durante años ha sido lugar de ajetreo comercial, en un comienzo lo era por ser La Cañadilla del lugar donde los campesinos del sector se instalaban en sus carretas a vender los productos de las chacras. Alrededor era posible encontrar lugares de entretención como las chinganas y los burdeles.
Con el correr del tiempo la gente comenzó a llamarla la vega, haciendo alusión al sector geográfico –la vega del Mapocho- . Su distribución comprendía un alto número de callejuelas y cinco patios. Los puestos de venta no estaban ubicados al azar, el cabildo de la época determinó que debían estar organizados según su utilidad: uno para carnes,  otro para pescado, verduras, frutas y artesanías.
Desde el año 1926 fue propiedad municipal, hasta que a mediados de los años ochenta un decreto presidencial les permitió a los comerciantes la compra de sus locales.
Cabe mencionar que con sus mismas características y vecinos a La Vega se encuentra la Vega Chica y el Mercado Tirso de Molina, ambos se han renovado recientemente en busca de darle una nueva cara al sector y como una forma de mitigar los daños producidos por la construcción de la autopista Costanera Norte.
La Vega Centra, La Vega Chica y el Mercado Tirso de Molina se encuentran llenos de locales que no solo venden productos agrícolas. Una de las principales  ventajas es que se encuentran dotadas de numerosas cocinerías que permiten a los clientes comer desde $1.000.- pesos, en este rango de precio encontramos los clásicos porotos o los tallarines con salsa. Hasta un costillar de cerdo de costo más elevado pero de igual conveniencia para el bolsillo de sus comensales. Todo esto se mezcla con tiendas que ofrecen loza, zapatos, ropa y tejidos.
Sin duda La Vega es un espacio singular, único en su especie. Un lugar lleno de color, olores y sabores propios, donde se puede sociabilizar de manera distinta, donde se mezcla el encanto rural con el ajetreo urbano.

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